Los días no atienden a los ritmos del tiempo.
Los sonidos del mar se esconden
entre las conchas secas de la playa.
Todos los faros se tuercen
en busca de otros amantes.
Los silencios ausentes de caricias
sacuden la soledad por llegar.
Si no estás, mi barco anclado
convertido en gaviota marinera,
busca otro faro donde abrigarse.
La noche se cubre de rojo
densa como la niebla de sal.
Las estrellas ciegas desbocadas
se reparten el horizonte de los besos.
El mundo sin ti suena a silencio.
A pisada de camino.
A faro abandonado.
A lamento mudo.
A libros desnudos.
A sombra.
A nada.
El mundo sin ti
se proclama fin del amor.
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