A veces me sorprendo ocupando los pasos de
otros zapatos.
Cubro
con mis manos unos huecos que no puedo llenar.
Llego
hasta el final de mis días sin sueños por soñar.
Mi
mente anda despertando otros pensamientos.
Otras
voluntades planifican algunos de mis sueños.
Caen
las estrellas con su manto negro noche.
No
encuentro las luces del horizonte,
ni
las sirenas de las brumas.
Ellas
no pertenecen a mi vida.
A veces
mis propias pisadas sorprenden
unos
latidos que salen del corazón,
quieren
huir de mundos prestados.
Prisionera
de mi propia estupidez
imprescindible
en otras vidas.
Libre
en tu tiempo, junto al mar.
Viva
en tu propia vida, mi amor.
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