En tus dedos

Caen los imperios del tiempo, 

los instantes desvestidos, sin rubor.

Toques en blanco y negro 

pretenden los colores de tu alma.

Tu piano, tus manos, tus pies, 

tus ojos perdidos en el infinito 

y la música huele a ti, sabe a ti.

Tu piano..., 

 a tiempo, exento en espacio

libre en tu gesto tierno,

esclavo de tu ímpetu.

Amado entre tus suspiros, también gemidos.

Vencedor sin galas ni luces.

 Tus manos ..., 

coquetean con las luces del escenario,

Ellas son las reinas. 

Tu rostro vierte los océanos

tu piano, zozobra entre tus dedos.

Lo haces tuyo en tu quejido

estrujas los abismos de tu alma.

Mientras en mi cuerpo

  se pierde la brújula, 

 los oídos ven, 

los ojos escuchan, 

mis labios te huelen

los poros se amotinan.

Instantes de felicidad.

La vida es tan real 

cuando vives en tu piano...

Cuando calló tu piano y las luces se apagaron, todavía tu corazón latía entre sus teclas.

Gracias por una noche para mi, regalo de sensaciones.

Para Joaquín  Pareja - Obregón de los Reyes, escucharte no es suficiente.