En ocasiones en las escolleras más embestidas del alma,
aparecen otras almas que traen calma enredada en los gestos.
También a veces, mi lamento se sostiene en otros suspiros
y se produce el gran milagro de la verdadera compañía.
Puede ocurrir que un camino solapa otras pisadas,
y unos pasos alejados ocupan las mismas huellas.
Hay personas que ocupan mi corazón sin pretenderlo,
también ellas a veces se quedan para siempre,
al menos ...,
así lo deseo yo.
Gracias Isabel, por recordarme que había alguien a mi lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario