Caen los abrazos liados en huecos olvidados.
Eres el frío del embriagado tras el fuego impetuoso.
Caeré al abismo de brumas a la nada.
Escarzados anhelos precipitados.
Ni besos, ni caricias, ni pálpitos existieron
para llenar tu boca.
Ni sostuvieron mis manos tu deseo.
Brumas en tu propio abismo,
eso fuimos.
¿Que será que todo pasa? Cuando habrá algo eterno. No, ya se dijo que el presente es la eternidad.
ResponderEliminarMil besos Lola.
Que estés bien.
AZAR
ResponderEliminarCualquier roce furtivo
te envía a las fauces de la locura o el odio.
El más ínfimo matiz de luz
te redime del cascajo de la existencia.
Vuelves a ensancharte y todo te salva:
La brisa del atardecer
El rasgueo de una guitarra
Una pluma en el aire
El recuerdo de un rostro
Y sobre todo
El aferrarse a las ilusiones de amor
desesperadamente.
Anuar Iván.
Anónimo de D. Antonio Romero Márquez una amigo admirado por mi, y un gran escritor. Un placer y un honor tenerte por esta casa.
ResponderEliminar¡Magnífico poema de un corazón que conoce lo que es la desolación del amor! Ni Eloísa,ni Isolda han amado lo que esta mujer. Eres única