Razones.
Te quedaste a la espera de ver la realidad de mi existencia. Esperaste la calma para mirarte en mi mirada.
No te asustó la embestida de mis propias mareas, mareas que traían toda clase de mástiles rotos.
Razones.
Cuando se fueron los azarosos brazos salados, llegaste cuando se iba el sol, por si el mundo arrebataba la luz del pedestal erguido.
Razones.
Fuiste la luz que iluminó mi centinela del ocaso, mis ausencias. Sin tocar , sin gritar, sin irrumpir enamoraste mis días y mis noches, eras esa otra luz cargada de ilusiones.
Razones.
Te llenabas de mi felicidad, mi felicidad, espejo escondido de mi alma, quebraste esos cristales ocultos, me ofrecías tus pupilas para mirarme, miré en ti, vivieron mis propios sueños.
Razones, mi amor, para estar a tu lado toda mi existencia.
Ahora te elevas sobre mi, llegan las tormentas de pasión, cubres mi ser con la sal de tu maravilloso descaro lujurioso. Sacudes mis noches de atormentados crujidos. Somo luz en la noche.
(..)
Tantas razones para seguir iluminando.
Hola cielo que bellas imagenes me gustaron mucho igual que tu texto
ResponderEliminarun beso
...eres mi faro iluminador del camino que deseo seguir. besos.
ResponderEliminarRazones más que convincentes...
ResponderEliminarGracias Luna, mi querida Luna, mi fuente de inspiración.
ResponderEliminarPaco, querido amigo, sigues a mi lado, como el primer día.
Sommer, bienvenido!!!!!, sí razones dónde van una vida en ellas.
Tantas razones para seguir iluminando...
ResponderEliminarTantas razones para seguir, sin mas, el camino que marca tu propio ser...
Besos