¿Alguna vez me viste llegar con todos mis caminos resueltos?
Llegar hasta tu atalaya de luz con el corazón intrépido.
Con la mirada alocada y los pasos raudos, sin cansancio.
Avistar tu torre junto al mar, en silencio humano
entre sonidos de sal, de gaviotas, de viento, mi palpitar.
¿Alguna vez desde lo más alto pudiste ver mis ojos?,
mi brújula parada, no había más norte que tu faro.
Traía todas las derivas en las pupilas cansadas,
bandera sin nombre y ancla roma, a la deriva.
Anclada a tu lado las horas pertenecen a otro paraíso.
¿Alguna vez hiciste la luz al mar cuando descansaba
en tu rincón silencioso abierto hacia el mundo?
Dónde todos los minutos parecen ocurrir
pero el tiempo sueña que se para en mi cuerpo.
Cuando abrazo al faro en su piedra gastada.
Alguna vez sé que me viste llegar a tu faro.
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