Y caían los dedos por mi piel,
cascada de pasión en tus manos.
Los besos, tus besos, los míos
se atropellaban, se fundían,
se arrebataban y fugaban en el tiempo.
Y mi cuerpo trabado a tu cintura.
Fuente de lujuria reptando en mi respiración.
Somos como adolescentes, sí como ellos.
Porque no.
Lola, me gusta el poema, cargado de fuerza y de pasión, aunque me extraña un poco ese cambio de tiempo verbal, de pretérito (en todo el poema) a presente (en el último verso). Lo leo todo en presente y a mí (puede que sea sólo una apreciación muy personal y equívoca) me suena mejor. No sé:
ResponderEliminar"Y caen los dedos por mi piel,
cascada de pasión en tus manos.
Los besos, tus besos, los míos
se atropellan, se funden,
se arrebatan y fugan en el tiempo.
Y mi cuerpo trabado a tu cintura.
Fuente de lujuria reptando en mi respiración.
Somos como adolescentes. Sí, como ellos.
Por qué no."
Un abrazo.
Bello poema, aunque coincido con Antonio del Camino. Sería un buen cambio.
ResponderEliminarbesos Lola,
Hasta pronto :)
Antonio, visto así llevas razón, pero transpórtalo a un dialogo entre dos personas, sobre algo sucedido y al final terminan con la afirmación de presente, somos como adolescentes. Porque sigue la pasión en presente.
ResponderEliminarGracias por tu visita y tu apreciación.
Aida amiga mía miralo como un díalogo donde se recuerdan hechos del día anterior. POr ejemplo.
ResponderEliminarY porque no serlo, toda la vida... vivir a pleno pulmón.
ResponderEliminarSaludos y buen sábado.
Es bueno conservar esa vitalidad arrolladora, mezcla de ingenuidad y locura.
ResponderEliminarUn beso, cielo.