
En estos días, algunos hacen su anual puja, entre Reyes Magos y Papá
Noel. Olvidan que la Navidad, está para encontrarnos, para acortar distancias e intentar que el lugar de dónde venimos poco importa. Reflexionar de cómo se desarrolla nuestra parte humana y procurar sacar lo mejor de nosotros.
Qué mas da si nos llega la esperanza sobre camellos o en trineo, lo importante es la esperanza.
Me gusta ver a los niños colgar a Papá
Noel y a los camellos en el árbol,
respetan a estos señores que cada año llegan con la alegría, con la sorpresa y con las sonrisas.
Qué importa mirar al cielo o al horizonte, qué parte de la historia existe en las cenas de estos días.
A veces nos indignamos por personajes que el hombre dejó escrito en la historia, pretendemos lidiar la mitad de estas fiestas. Me pregunto, de dónde les caen los regalos a los niños de Sierra Leona como tantos otros lugares del mundo donde el hambre, comienza a ser la más devastadora de las guerras, la más larga, la más fría y... la más disimulada estos días.
Mientras que el señor Papá
Noel y Sus Majestades los Reyes Magos son disputados por algunos seres de este mundo, otros, no saben ni qué existen señores que pueden hacer caer regalos del cielo.
Por eso, estas
navidades Señor Papá
Noel, soy creyente, pero está usted invitado a mi cena.
Deje el trineo fuera bien atado, a ver si se lo roban para los niños que lo necesitan, que nunca les llega nada.
Mientras Papá
Noel cena conmigo contribuimos a eliminar un conflicto absurdo. Y desde nuestras mesas, con sus velas, sus flores rojas, y los árboles bien ataviados con sus luces. Desde todo ello, intentamos lidiar la verdadera injusticia, mentira, crueldad, los niños que no miran al cielo, por que no saben que los trineos vuelan. Porque también dudo que crean que hubo unos Reyes Magos que llevaran regalos a un niño pobre.
Mientras, como ya os digo, invito a Papá
Noel, que coja mi mano y rece a mi Dios por tantos niños sin niñez.
Por favor enciendan una vela en sus mesas por un niño con hambre, por si eso de la energía es cierto y se produce un milagro, el de humanizar los poderes de la
globalización.
Os deseo de todo corazón una feliz Navidad, no disputen al señor que trae los regalos, o con qué familia paterna o materna toca Noche Buena, por favor, sean felices.
Lola.