
Pues sí, cuántas personas tras un fracaso, niegan el amor. Se esconden en un lugar de su propia intimidad, donde difícilmente se puede entrar, donde los propios razonamientos están capitaneados por miedos, frustraciones, rencores, y un largo etcétera que ponen zancadas al propio amor.
A veces el dolor del desamor es tan grande que lleva a nuestro cuerpo a darnos señales de parecer estar enfermos, primera etapa de la ruptura, momento de "luto", en el que cualquier ser humano desea encontrar el descanso y tiene un largo camino para recomponer los pedacitos en que quedó su vida.
Al tiempo, si la persona ha sido coherente con la realidad de sus sentimientos y los ha puesto en aras de sus propias necesidades, puede ocurrir que la soledad no le genere una sintomatología de angustia, pero si una deseo de compartir de nuevo el deseo de amor y sentir todo aquello que nos hace feliz en pareja, esa magia del principio, esa deseo por conocer más a la otra persona, la complicidad que llega poco a poco.
Y llega por fin la sabiduría que nos dejó el aporreo del pasado, ahí sabemos lo que no queremos.
Sin duda la experiencia nos ayuda a no cometer los mismos errores, pero eso sí ..., no estamos exentos de volver a sufrir.
Pero si no volvemos a correr el riesgo no podremos sentir de nuevo el amor, tal vez el definitivo.
Un saludo a todos y gracias.